Semana 18 - El Pacto con David (2 Samuel 5-8)

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El Pacto con David- Semana 18- 2 Samuel 5-8

En lugar de reconocer a David como el próximo rey, Saúl se pone mortalmente celoso. David corre por su vida en un largo periodo de años en el desierto. Sin embargo, el Señor lo libera repetidamente de la mano de Saúl. Mientras Saúl se sumerge de cabeza en el declive moral y espiritual, David se gana la confianza de Israel. Después de la muerte de Saúl, David se convierte en rey. Su vida establece un modelo que el Gran Rey Davídico (y todos los que lo siguen) algún día cumplirá: sufrimiento primero, luego gloria.

David pronto trae el arca -símbolo de la presencia real de Dios- a Jerusalén. Esto hace una declaración: David no es el rey supremo de Israel- Dios lo es. David debe ser como un nuevo Adán, un Israel ideal, un hijo de Dios que gobierna con justicia y paz.

En la siguiente historia Dios promete que la dinastía de David nunca terminará; su trono perdurará para siempre. Con el tiempo, Israel anticipa no sólo una sucesión interminable de reyes Davidicos, sino, en última instancia, un rey eterno, el rey que revertirá la maldición y cumplirá todas las promesas de Dios. Él desatará las promesas abrahámicas de bendición para todas las naciones.

A partir de este momento, la esperanza del mundo está ligada a esta promesa. El pacto davídico se eleva como puntos altos en la historia de la Biblia.