El Antiguo Testamento cuenta la verdadera historia del mundo, pero el Antiguo Testamento carece de un final.

La historia comienza con el reino perfecto de Dios en el Edén. Incluso después de que nuestros primeros padres rechazan a Dios, Él responde con gracia. Él promete enviar un salvador para aplastar la cabeza de la serpiente, un acto que revertirá la maldición y restaurará la bendición de Dios. Dios desarrolla esta promesa a través de pactos con Noé, Abraham, Moisés y David. Al final del Antiguo Testamento, estamos esperando que alguien tenga éxito donde Adán e Israel han fracasado. Estamos esperando un verdadero y mejor profeta, sacerdote y rey. Estamos esperando un nuevo éxodo, una nueva creación y un nuevo pacto. Estamos esperando que el Señor mismo venga con Su reino.

El Evangelio de Marcos anuncia que Jesús cumple todas estas antiguas promesas y expectativas. Él es el rey tan esperado y el señor Dios mismo. Y él declara: "El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepiéntete y cree en el evangelio".

Marcos nos muestra quién es Jesús y lo que ha venido a hacer. Marcos pone nuestros ojos en Jesús. Él nos invita a confiar en Jesús, recibir su perdón y seguirlo.